Según los primeras estimaciones de Unió de Pagesos, un tercio del término de Batea estaría afectado, además del de Caseres | La zona está ahora en plena vendimia, el peor momento para los viticultores del sector. Los pronósticos que ayer lanzó Protección Civil se han cumplido de la peor forma. Ha llegado por fin la lluvia a zonas muy necesitadas de la Terra Alta, donde la sequía es extrema y el campo estaba muy necesitado, pero en algunos puntos lo ha hecho en forma de granizada y violentamente. La peor parte se la han llevado esta madrugada los pueblos de Batea y Caseres, y los daños son especialmente crueles por el hecho que justo ahora están en plena vendimia, y en un momento muy delicado para la uva, porque «está en su punto álgido de maduración y la piedra todavía le hace más daño», ha explicado a aguaita.cat Miquel Bosch, coordinador comarcal de Unió de Pagesos. «Si ahora se queda la humedad, hará mucho mal», lamenta Bosch.
Protección Civil había activado ayer la prealerta del Plan especial de emergencias por inundaciones en Cataluña Inuncat por la previsión de chubascos fuertes y tormentas en el interior del país. Los tormentas, advirtió, podían a ir acompañadas de piedra. Y así ha sido. Hacia las 3 de la madrugada, la granizada cayó con furia en los municipios de Batea y Caseres. «Todavía evaluamos el daño concreto pero diriamos que un tercio del término de Batea está afectado». Francesc Frisach, de la bodega Frisach de Corbera d’Ebre, tiene una finca en Batea que había ido a visitar ayer a la tarde y dónde ha vuelto esta mañana, para comprobar los efectos de la piedra: «Es como de la noche al día, lo ha arrasado, y no sólo el fruto, sino que las plantas también están trinchadas», afirma. «Esta tarde intentaremos entrar para sacar aquello que podamos aprovechar», asegura. Es una finca de garnatxa blanca que, como las del entorno, ofrece una imagen «desoladora», como él mismo describe. Y no puede evitar recordar todo el trabajo hecho durante un año. «En una hora se te va todo a pique, es lo que tiene tener el negocio en la calle como tenemos los labradores, y todavía nos dicen que el vino es caro», lamenta.
(vía Nació digital)